Juntos somos más
El Foro de Innovación Social llega a Burgos

El Foro de Innovación Social convoca en la ciudad de Burgos a sus organizaciones socias para celebrar su XV edición. Una jornada celebrada en la Sala Polisón del Teatro Principal y que ha destacado por el alto nivel de quienes han intervenido en calidad de ponentes, así como por el nutrido público que les ha acompañado.

En una mañana que amaneció fría, la Asociación Aspanias, Fundación CISA, Fundación Aspanias Burgos, Aspodemi y Asamimer, supieron poner color y calor para acoger a quienes desde otras provincias acudieron a la llamada del Foro de Innovación Social. Técnicos, gerentes y directivos de organizaciones que desde Barcelona, Lleida, Huesca, Teruel, Zaragoza, Navarra, Cantabria, Vizcaya, Madrid, Palencia, Ávila, Valladolid y Burgos no quisieron faltar a la cita promovida bajo el título “Somos, vivimos y construimos. Pasado, presente y futuro”.

Una jornada que no solo contó con un importante número de asistentes, baste decir que ni perchas ni sillas quedaron vacías; sino que tras la apertura de la misma con las intervenciones de Antonio Tajadura, presidente de Aspanias, Juan Manuel Bilbao, director territorial de Caixa Bank en Castilla y León y Asturias, y Baudilio Fernández, delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, llegó el momento de pararse a saborear y reflexionar cada una de las ideas según eran lanzadas desde un escenario creado para la ocasión. Una tarima que permitió una cuidada escenografía – cinco butacas para cuatro ponentes y una conductora-,

así como la puesta en escena de un formato en el que cada uno de los ponentes, con absoluta libertad, comodidad y respeto, pudo expresar su visión sobre un mundo que marcado por su pasado, transita por el presente y se muestra ávido de crear un futuro diferente, para el que se precisan saberes y pareceres muy diversos para poder avanzar. Si bien, claro quedó, que para poder, no hay como querer o soñar con el triunfo de la voluntad. [Las principales notas sobre cada una de las intervenciones.

En el público, además de técnicos y directivos de ONG de la ciudad de Burgos y su provincia, se dieron reunión, autoridades y representantes institucionales. Entre los más distinguidos, con el permiso de los directivos de Aspanias y Plena Inclusión Castilla y León, pudo verse a los gerentes territoriales de la Junta de Castilla y León en Burgos de Servicios Sociales – Mª Antonia Paniego-, Empleo -Fernando Millán-, y Salud –Teófilo Lozano-; además de José Luis Laguna, presidente del Foro de Innovación Social, y de Javier Lacalle, alcalde de la ciudad de Burgos, quienes cerraron la mañana con una breve intervención a través de la cual mostraron su agradecimiento a los presentes, y alabaron las bondades de Burgos y la labor que desarrolla el Foro.


“Gracias a la parte emocional de los seres humanos, existen organizaciones como Aspanias, organizaciones como las vuestras” Bermúdez de Castro centró su exposición en la evolución humana, señalando a su vez que, de entre todas las especies, es la humana la más social que jamás haya existido. Lo cual, no solo impulsa a los hombres a la defensa de los suyos y de sus territorios, sino que hace posible extender ese sentimiento de protección hacia quienes están fuera de la tribu. Un sentimiento que podemos llamar solidaridad o altruismo y que solo puede ser comprendido como resultado de la evolución experimentada a lo largo de los tiempos. De ahí que pueda afirmarse que junto al apartado físico o racional, la parte emocional del ser humano también haya vivido su propia evolución desde los tiempos de las cavernas. Un componente emocional que aporta un carácter diferencial al hombre. Por ello, el paleoantropólogo ha llamado la atención sobre la necesidad de trabajar en las sociedades complejas por una educación de las emociones y una educación centrada en valores, lo cual no solo podrá caracterizar un nuevo tránsito de la especie, sino que a buen seguro permitirá aportar un mayor bienestar a muchas personas.

“El egoísmo es ineficiente” El punto de partida elegido por Octavio Granado para su particular viaje en el tiempo fue un periodo más cercano. La Revolución Industrial, en pleno siglo XVIII. Un tiempo en el cual, a partir de los avances técnicos y científicos generados, surgieron nuevos modelos de organización social, económica y urbana. Asimismo afirmó que hoy vivimos una nueva revolución, la cual ya no es industrial sino tecnológica, y está basada en el conocimiento y no el trabajo fabril. Una nueva era en la que las personas van a ver sustituidas por robots como principal fuerza laboral. Y ello, no solo va a provocar la desaparición de millones de puestos de trabajo, sino que van a expulsar del mercado laboral a todos aquellos que no se adapten o reconviertan (mayor fragilidad entre los colectivos más castigados por las consecuencias de la crisis que vivimos), va a mostrar la ineficacia de unos sistemas de protección social vinculados al trabajo y será fuente de conflicto permanente al tiempo que riesgo de fractura social. Pero ante el pesimismo de la razón, el optimismo de la voluntad. Y por ello es preciso alcanzar pactos donde prime el bien común, la solidaridad y exista un fuerte deseo para llevarlos a efecto, pues el “problema es de ejecución”.

“Necesitamos ciudades que posibiliten la felicidad” En palabras de Begoña Bernal solo puede entenderse la ciudad como un ser vivo y único, que es pacto y herencia ciudadana, que atiende al diálogo y que está conformada por un hecho físico y un hecho social. Cuando la ciudad, y quienes toman decisiones sobre la misma, olvidan esta doble realidad, objetiva y subjetiva, y parecen solo centrarse en actuaciones físicas y centradas en dejar huella para la posterioridad, nos encontramos ante ciudades muertas y que ponen en riesgo los derechos de ciudadanía. La ciudad es su trazado, sus calles y sus plazas, pero son también el espacio donde las personas se desarrollan, sueñan, socializan, juegan, crían a sus hijos y son lugar donde anhelan cumplir sus proyectos de vida. De ahí que ninguna intervención deba de ser considerada inocua, y menos, ser hecha de espaldas a las necesidades y demandas de quienes en ella viven. Cuando todo esto sea tenido en consideración y aplicado, estaremos más cerca de poder hablar de ciudades inclusivas, de ciudades para todos y para todas.

“La solidaridad social no puede sustituir a la justicia social” Carlos Susías a lo largo de su intervención ha puesto en valor la importancia y la relevancia que ha tenido para las organizaciones y el conjunto de la sociedad que estas hayan aprendido a trabajar en red, pues entre otros resultados, esto ha permitido colocar en la agenda pública “nuestras cosas”. Pero lejos de la complacencia, ha llamado la atención sobre que si dicha práctica ha sido válida y buena para el pasado y el presente, se muestra insuficiente para el futuro. Un futuro que las personas exigen que llegue ya. Para ello, para evitar el agotamiento y el estancamiento de las ONG de acción social se hace preciso avanzar un poco más y adentrarnos en un escenario en el que las organizaciones compartan su misión en un contexto más amplio y abierto. Ya que el reto es desarrollar acciones centradas en la persona, y no en los problemas de cada persona; algo que en su momento permitió agrupar e incluso luchar a las entidades sociales, pero que hoy no tiene sentido desde una visión integral y holística de la persona. Como reto, trabajar para que pueda asegurarse el ejercicio pleno de derechos, siendo responsabilidad de las administraciones que existan las suficientes garantías para ello. Nuestra labor, acompañar a unos, los ciudadanos, y a otros, los responsables políticos, gestionando adecuadamente una doble naturaleza, ligada en muchos casos tanto a la prestación de servicios como a la reivindicación.

La jornada en imágenes