Juntos somos más
Parte de mi

Preguntarme a mí por el Boletín es como preguntarme por un hijo. No importa tanto si es alto o bajo, si saca buenas notas, suspende o si tiene este o aquel defecto. Es tu hijo y por alguna razón genética que se te escapa le quieres. Por eso, por haberlo parido. Así que no esperéis de mí que sea objetivo porque no lo soy y si me apretáis un poquito más... no quiero serlo.

“La vida es lo que te sucede mientras haces otros planes”. Algo así me pasó a mi, no sin cierto humor, cuando me plantearon generar un Boletín de comunicación en Aspanias, Aspodemi y Asamimer. Confianza cercana a la temeridad que agradecí casi con inconsciencia pero… nos pusimos manos a la obra enseguida.

Digo “nos” porque casi nada importante en la vida lo hace uno solo. Pues aquí igual. Por no alargarme en la lista vaya por delante un ¡Gracias Alberto! por estar al quite y enfrentar el reto. Las cosas valiosas se hacen en equipo.

Nunca sentí que estuviéramos dando “palos de ciego”, sólo el vértigo del comienzo que es necesariamente “a tientas”. Creo que apuntalamos una buena base desde el primer número, con errores y aciertos, como no puede ser de otra manera. Estaba claro que el tamaño de las distintas organizaciones pedía una visión de conjunto del puzzle general porque siendo cada uno una pieza del mismo no éramos capaces de vislumbrar la totalidad del Proyecto. Aquello que se suele decir que por estar enfrente de un árbol no puedes ver el bosque...

Visto desde mi perspectiva personal, ahora incluso con un poco más de distancia, pues me encuentro en periodo de excedencia profesional y por lo tanto sin trabajar laboralmente para nuestras organizaciones, creo que el Boletín fue un acierto y una llamada de atención a todos para crecer en sentimiento de pertenencia. Con un coste más emocional que económico (Antonio Machado decía que es de necios confundir valor y precio) se puede decir que ha cubierto una necesidad compartida que debe seguir profundizándose. La comunicación debe ser reflejo de la vida de las organizaciones, jamás un punto final de nada, si acaso un punto y aparte y mejor, un punto y seguido.

¿Cómo me gustaría que fueran los 100 siguientes boletines? Unas pinceladas: Me gustaría que no perdiese el espíritu aventurero de ir siempre “un poco más allá” (¡porqué no contar también lo que hacen otros bien), de estar abierto a otras realidades sociales (¡porqué no invitar a la participación de otras entidades sociales para superar el ombliguismo paralizador de creernos los mejores!), revisión interna (¡porqué no sacar este Boletín en las propias páginas web en primera plana para ponerlo más en valor si realmente estamos orgullosos de ello!) ser más transversal y compartido (¡porqué no contar más gente más cosas, historias profundas, experiencias vividas más intensas). La vida nos sale al paso cada día si tenemos ojos para dejarnos sorprender por ella.

Caminar pues hacia el futuro sin autocomplacencia, con calidad, con autocrítica, con capacidad de converger la diferencia, de compartir lo bueno, de lo que estamos seguros y las dudas, porque “comunicar” es todo menos repetirse y aburrir al personal.

Así que ánimo para generar nuevas ideas, alianzas, fórmulas, secciones, colaboraciones, enfoques, cosmovisiones y compromisos para los próximos 100 boletines.

(Y llamadme entonces por favor, que quiero seguir opinando...)