Juntos somos más
Hoy opina... Mercedes Sánchez

Estamos en un momento de cambio. Un momento de cambio a nivel global. Lo que antes conocíamos y reconocíamos como inmutable, que parecía asegurado y no cambiante, hoy está en permanente duda y transformación. Hoy se habla de la sociedad líquida, de organizaciones líquidas, de estructuras líquidas, en definitiva, de un mundo líquido, en contraposición a un mundo estable e inmutable. Todo cambia, y lo hace a una velocidad vertiginosa.

Las estructuras políticas, territoriales, de participación ciudadana están cambiando. También hoy puede hablarse de que existen dos mundos en un mismo espacio, el analógico y el digital. El analógico sería ese en el que ahora nos estamos moviendo, por ejemplo en el que estamos ahora reunida esta asamblea. Pero también hay otro, el digital, y en el que a buen seguro también está presente esta Asamblea. Ese otro mundo se caracteriza por la generación de cientos de conexiones e impactos por minuto, así como por una cultura y gusto por la inmediatez, donde todo parece caducar casi al momento.

Producto de todo ello, de los nuevos contextos en los que todos nos movemos, bien puede apreciarse cómo las relaciones entre las personas han cambiado y van a seguir cambiando. Así como también cambian los roles familiares, sociales, ciudadanos y de participación.

La agenda ciudadana y por ende, el papel reservado a las personas con capacidades diversas y sus organizaciones, también ha cambiado. Y todo esto tiene una importante incidencia sobre nuestro hacer organizacional. Nosotros también necesitamos cambiar y adaptarnos, o si lo preferís, necesitamos innovar y acercarnos a las nuevas realidades, a las necesidades actuales y futuras, a las expectativas de nuestros públicos más cercanos, como son las personas, los socios y las familias; pero también los de los trabajadores, voluntarios y la sociedad.

El nuevo periodo estratégico vendrá condicionado por un entorno que nos exige que remover y renovar nuestras estructuras, pasos estamos dando en esa línea; pero también nos exige nuevos métodos y estrategias. Eso sí, conservando todos aquellos valores que como la solidaridad, la ética o la dignidad para cada persona nos hacen únicos y han dado luz a nuestra acción.

El tercer sector, el sector de la discapacidad y las organizaciones con una dimensión como la nuestra, provincial, aunque también otras mayores y menores, necesitan redefinirse y posicionarse para seguir cumpliendo con su misión.

Pero necesitamos que esta reflexión sea hecha por todos y entre todos. Que lo que pensemos esté imbuido de lo que sentimos, y que lo que planifiquemos finalmente lo hagamos. Eso, a buen seguro nos acercará un poco más a la obtención de resultados positivos.

Me atrevería a decir que el futuro de nuestra organización, y con él el bienestar y la calidad de vida de muchas personas, está en nuestras manos.

No quisiera alargarme, pero creedme cuando os digo que necesitamos conectar con más personas, necesitamos más participación, necesitamos mantener un alto grado de compromiso y, en definitiva, necesitamos la implicación máxima de todos nosotros para no perder nada de lo conseguido, y seguir luchando, por lo mucho que aún queda por conseguir. Y para ello es clave la colaboración y el trabajo en red con más y nuevas organizaciones, así como una labor reivindicativa y de alianza con las diferentes administraciones.

Ayer hablábamos de visibilidad y servicios, y hoy hablamos de apoyos, oportunidades y derechos.

Las elecciones son una oportunidad para encontrar nuevos líderes, personas que quieran subirse al carro y tirar de él, nuevos directivos a los que seguir y que sean nuestra referencia. Pero para ello, es nuestra obligación apoyar y alentar a quienes quieran asumir dicha responsabilidad.

En resumen, nuevos tiempos, nuevos retos, nuevas metas y estrategias, y como no, sueños renovados y anhelos por alcanzar.


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