El día 10 de octubre hemos celebrado el día internacional de la Salud Mental. Como en todos los días de…, se hacen visibles aquellos más afectados o preocupados por pelear la causa del día. En el caso de la Salud Mental salen a la calle y a los medios de comunicación asociaciones de personas afectadas, familiares, y algunos profesionales a los que se entrevista en calidad de expertos. El resto de la sociedad empatiza más o menos con estas personas.

En mi caso, como coordinadora de un servicio que apoya a personas con malestar psíquico, podría describir lo que veo cada día en estas personas pero sería una forma de transmitir un “ellos” y un “nosotros”, los que tienen un diagnóstico y los que no lo tenemos. Esta idea no me gusta, choca con un planteamiento que me parece más adecuado. ¿Y si entendemos la salud mental como un continuo? ¿Si pensamos que a lo largo de las etapas de nuestra vida casi todos fluctuamos en etapas de mayor y menor estabilidad y bienestar emocional? Hay ocasiones en las que estas dificultades han sido más limitantes y nos han impedido establecer una relación o mantenernos en un trabajo. En otros momentos estamos con fuerza trabajando por nuestros objetivos, encontrando sentido y alcanzado sueños. También transitamos por un día a día más cotidiano….y en todos estos momentos nos hacemos cargo de nosotros mismos.

El martes nos lanzamos a contestar esta pregunta ¿QUIÉN CUIDA DE TU SALUD MENTAL? La pregunta nada inocente nos acaba implicando a todos, aunque solo sea a título individual en el autocuidado que necesitamos prestarnos. Pero también sabemos que nos concierne en relación a otros que nos rodean en lo que podemos apoyar y en lo que podemos contribuir apostando por un modelo de sociedad diferente. Si aceptamos y valoramos la diversidad que naturalmente nos encontramos, si generamos entornos más amables y con mayor libertad, el sufrimiento será menor.

Entre profesionales también debemos cuidarnos, y entre familiares y el apoyo mutuo entre personas usuarias es fundamental. Hemos conjugado el verbo cuidar:

YO CUIDO DE MI SALUD MENTAL, y YO CUIDO DE TU SALUD MENTAL.

TU CUIDAS DE TU SALUD MENTAL y TU CUIDAS DE MI SALUD MENTAL.

NOSOTRAS CUIDAMOS DE NUESTRA/VUESTRA SALUD MENTAL.

VOSOTRAS CUIDÁIS DE NUESTRA/VUESTRA SALUD MENTAL.

Piénselo, seguro que todos podemos hacer algo. GRACIAS.