Juntos somos más
Hagamos un uso correcto del lenguaje: personas con discapacidad intelectual o del desarrollo

Como habréis podido comprobar en este nuevo número del boletín, el término que hasta hace recientes fechas usábamos para referirnos a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, como era el de personas con capacidades diversas, ha desaparecido. Ha sido desterrado de nuestro boletín, y con ello, de nuestro uso habitual y cotidiano en la organización.

Y ante esta nueva situación, más de uno, o de dos, se habrán preguntado el porqué de la novedad, o de la no novedad. Y decimos no novedad, porque siendo fieles a la verdad, el uso del término personas con discapacidad intelectual forma parte de nuestra cultura y lenguaje organizacional, desde que así se decidiera en el año 2001 en FEAPS, hoy Plena inclusión. En todo caso, por no perdernos, y como todo el que pregunta, bien merece una respuesta, ahora vamos a tratar de dar una que sea clara, entendible y que disipe cualquier atisbo de duda.

Las razones para el uso del término personas con discapacidad o personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (pues en no pocas ocasiones es importante señalar el foco que marcará los apoyos que la persona precise), no son un capricho, sino como bien nos recordaban esta semana las dos principales plataformas a las que pertenecemos, CERMI y Plena inclusión, son una necesidad.

Una necesidad en cuanto a que el lenguaje es una herramienta que condiciona la representación mental de cualquier realidad. O dicho de otro modo. El lenguaje no es algo neutro; es más, es una herramienta que ya sea de manera voluntaria o involuntaria, puede enmascarar realidades u ocultar otras insanas intenciones. Y cuando se habla de “personas con capacidades diversas”, “personas con capacidades diferentes” o de “personas con diversidad funcional”, más que aclarar, al final nos lleva a no saber bien a quién hacemos referencia (¿no has tenido nunca esa sensación?). Incluso, hasta pudiera parecer que ser una “persona con discapacidad intelectual o del desarrollo”, después de todo lo que hemos andado, pudiera ser algo malo, o mejor ocultar. No lo veamos nunca como algo peyorativo, que no lo es. Sino que decir personas con discapacidad es hacer uso de un término justo y adecuado, y que pone el acento en la persona, la persona como sujeto de Derecho y a persona a la que se le reconoce su derecho a la diferencia con el máximo respeto a la diversidad.

Otra de las razones esgrimidas por CERMI y Plena inclusión para un uso correcto del término “persona con discapacidad intelectual o del desarrollo” es que este es un concepto aceptado a todos los niveles; ya sea en el ámbito de las instituciones, las organizaciones, el sector, el propio colectivo de personas o en el plano del Derecho. Es decir, persona con discapacidad, es el término utilizado por las Naciones Unidas (¿quién no ha oído hablar de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad?), la Unión Europea, los planes y las estrategias aprobadas -que orientan políticas y actuaciones-, las leyes estatales, autonómicas o locales. No seamos ingenuos, y menos restemos fuerza a nuestras conquistas. Porque podría resultar que, sin quererlo, ahora ocultásemos aquello que nos hemos propuesto visibilizar. A las personas con discapacidad y su realidad. Así como los derechos que asisten a todas ellas y que son deberes tanto para el conjunto de las administraciones como de la ciudadanía.

En todo caso, lo importante cuando hablemos de personas con discapacidad, de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, es que lo hagamos pensando en personas. Personas diferentes, y personas con mayores o menores necesidades de apoyo. Porque en definitiva, si importante es “llamar a las cosas por su nombre”, no lo es menos hacerlo con el máximo respeto a la dignidad que atesoramos todas las personas.


Lectura Fácil

Esta semana CERMI y Plena inclusión decían que hay que decir personas con discapacidad y personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.
El uso de personas con capacidades diversas, personas con capacidades diferentes o personas con diversidad funcional no es correcto.
Persona con discapacidad o persona con discapacidad intelectual no es ningún insulto.
Las leyes y las administraciones públicas siempre dicen personas con discapacidad.
Es importante que todas las personas utilicemos las mismas palabras para decir lo mismo, así es más fácil entenderse.
Aspanias, Asamimer y Aspodemi forman parte de CERMI y de Plena inclusión y van a utilizar el término personas con discapacidad y personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.