Esto es solo un apunte, sin pretensión de hacer un máster sobre el tema.

Primero fueron las oenegés. Después tomaron el relevo las empresas. Más recientemente ciudadanos particulares. En la actualidad conviven las tres fórmulas.

El running (carrera) aunque se ha convertido en deporte de moda es además una herramienta muy útil para la recaudación de fondos con fines sociales. Muchas ONG y empresas ponen en marcha carreras solidarias para difundir y apoyar económicamente distintas causas sociales.

La tendencia a participar en estas convocatorias se ha convertido en una cita ineludible (podría así calificarse) en la agenda de los ciudadanos. Y en la de los políticos también, invitados por la organización del evento a sellar con su presencia un acontecimiento altruista, a servir de ejemplo a los ciudadanos y a comprometerse con la causa de les invita a participar.

El fenómeno de las carreras populares y solidarias es como un rayo que no cesa, que ayuda a organizadores y participantes a sentirse parte de un proyecto o idea social que merece la pena respaldar.

Y de paso se hacen amigos, vía analógica, que te acaban contando proyectos y anunciando ideas de los que no habías oído hablar en tu vida.

Lo dicho. Pon una carrea solidaria en tu vida y de paso descubre que otros mundos son posibles.