Juntos somos más
Ejercitando el diálogo

Otra semana más. . .

Hoy, el Diálogo se reviste de sueños, de nuevas oportunidades, de esperanzas inamovibles, de futuro. . .

Tenemos convicciones y compromisos con el medio rural. Tenemos principios y valores, conocemos a personas, profesionales y responsables políticos implicados en el desarrollo de oportunidades, de proyectos, de realismo. Desde esta óptica, entenderán nuestros amigos del fin de semana, de que estemos optimistas, soñadores y muy animados a seguir y seguir trabajado por oportunidades para todos, ciudadanía plena para todos, para todos… vivan donde vivan y que el territorio, el paisaje, la identificación geográfica no sea un elemento discriminador.

Hoy, que la climatología aventura un fin de semana de chimenea, buen libro y excelente compañía, apostamos por un vocablo que en sí mismo es un máster, una garantía, un compromiso para todos los intervinientes: Coordinación. Coordinación en confianza, con expectativas altas y generosas, coordinación que induce a la complicidad y cómo no a la generosidad en los planteamientos y en las actuaciones.

Soñamos (ya saben nuestra teoría en este pequeño rincón de los viernes “los sueños bien acariciados, se cumplen”) por tanto, con actores en el medio rural, políticas prioritarias, soñamos con la Universidad (llevamos semanas de trabajo con programa compartido) y también acariciamos el pensamiento, la ciencia, el compromiso, el proyecto, los agentes de cambio en lo local, los ciudadanos, los supervivientes convencidos… soñamos en todos ellos como garantía de hacer más, hacer mejor, hacer y conseguir soluciones estables de largo recorrido.

A todos ellos, cuando trasladamos los sueños a formato de papel o pantalla, les ponemos el apellido de creíbles, generosos e inteligentes. Seguramente porque también estamos convencidos de que las oportunidades están. Por cierto, las últimas lluvias hicieron que los montes fueran fecundos en todo tipo de setas. Se nos antoja pensar que la nueva política, los acuerdos, la Universidad, las empresas sociales tienen a la vista una excelente cosecha de sueños y oportunidades.

Ponerse el chubasquero y salir, desde nuestro punto de vista al monte, al lugar, al pueblo, a la comarca, a pie de las personas, asegura una excelente cosecha “micológica”.

Cuando este fin de semana, seguramente veamos nevar seguiremos pensando en ustedes, queridos lectores, y les reconoceremos como personas felices, interesadas por este “lío maravilloso” de más y mejores oportunidades para todo el mundo.

Muchas gracias.

José Mª Ibáñez