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El centro de Educación y Formación Puentesaúco registra ya su segunda cooperativa

El programa educativo de la Fundación Caja de Burgos Planea Emprendedores ha brindado la oportunidad al alumnado del centro de Educación y Formación Puentesaúco de crear su propia cooperativa.

El programa se basa en actividades que fomentan el espíritu emprendedor y recrean los diferentes aspectos de la vida de una cooperativa, desde su constitución hasta la venta final del producto, y da la “oportunidad de que los chicos puedan enfrentarse el día de mañana a un proyecto real; les ayuda a aprender a trabajar en equipo y a ser responsables”, apunta la profesora Conchi Camarero, que se ha encargado de coordinar los primeros pasos -de índole más administrativa- del proyecto.

El pasado 11 de enero, la sede de la Junta de Castilla y León en Burgos acogió la presentación de estatutos y la recepción del acta de constitución de las cooperativas. Este primer trámite contó con la participación del director general de la Fundación Caja de Burgos, Rafael Barbero; el delegado de la Junta, Baudilio Fernández-Mardomingo; el jefe de la Oficina Territorial de Trabajo, Andrés Padilla; y el encargado del Registro de Cooperativas de Burgos, Juan Carlos Cidad.

Precisamente, la elaboración de los estatutos de la cooperativa “Vivero burgalés” (nombre que han elegido para su primera experiencia Empresarial, pensada para la venta de plantas procedentes de semillas ecológicas) ha sido lo que más les ha costado hacer en esta primera parte del proceso, según admiten casi todos ellos.

El grupo está compuesto por Marcelo Sedano Criado, Cristina Espinosa Blanco, Pablo Fernández, Martínez, José Ángel Aparicio Fernández, Margarita García Calleja, Manuel Carlos Asenso Asenso y Jaredh Husley Da Silva. Todos estudian Formación Profesional Básica en Agrojardinería y Composiciones florales en el centro Puentesaúco (de la Fundación Aspanias Burgos).

Otro de sus profesores, Alberto Alzórriz, (e impulsor del proyecto) se planteó la posibilidad de desarrollar el programa educativo en el centro porque facilita la “posibilidad de abordar los contenidos de una manera más práctica” para el alumnado. “Ahora empieza la segunda parte; la ejecución del proceso”, añade. “Hay que comprar materiales, preparar los semilleros, producir, etcétera. Cada alumno tiene que ocuparse de su semillero y hacer el seguimiento”, recuerda Alzórriz, quien resume así los objetivos del proyecto: “Sobre todo el trabajo en equipo, la responsabilidad, el desarrollo de las capacidades diversas de cada uno, ser capaces de llegar a acuerdos y saber respetar las decisiones”.

El último trámite de todo este proceso llegará en el mes de mayo, cuando –previsiblemente- tenga lugar la feria en el Paseo del Espolón (Burgos), con la presencia de todas las cooperativas creadas este año por otros centros educativos.

Los alumnos confiesan estar “emocionados” con la idea de crear una cooperativa. “He aprendido mucho sobre las plantas”, dice Manuel Carlos (vocal); reconoce “que le gusta este mundo” y que lo aprendido “le puede ayudar” en un futuro. José Ángel (vocal) se animaría a crear otra cooperativa “sobre ropa”. Mientras, Jaredh (vicepresidente) cree que lo que están haciendo es “una buena manera de aprender y puede que me valga en un futuro”. Ellos y sus otros compañeros de equipo Marcelo (secretario), Cristina (presidenta), Pablo (interventor) y Margarita (vocal) opinan que este programa educativo les resulta “divertido” para aprender; se dan cuenta de “lo difícil que es decir lo que se quiere decir para que te entiendan”, y les ayuda a “poner ideas en común y trabajar en equipo”.

La cooperativa “Vivero burgalés” es la segunda que ve nacer el centro de Educación y Formación Puentesaúco. El pasado 2 de diciembre, otros compañeros de este centro procedían a registrar (mediante el mismo procedimiento y puesta en escena) la empresa social “Huertos al natural”.