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Y la sardina echó humo en los jardines de Puentesaúco

El tiempo no impidió que el pasado martes 9 de febrero el centro de Puentesaúco acogiera la ceremonia del entierro de la sardina, dando por finalizadas así las fiestas de carnaval.

Como en ediciones anteriores, los profesionales y las personas con capacidades diversas del área de Vivienda se encargaron de prepararlo todo y de invitar a otros compañeros y compañeras del Grupo Aspanias. “El primer entierro lo hicimos en Quintanadeñas, donde Aspanias tuvo su primera residencia”, recuerda Felisa Lobato, directora del área.

Todo empezó sobre las seis de la tarde con una merienda en el comedor del centro. Antes de salir en comitiva, Borja Díez leyó la letanía (a modo de pregón). Después tuvo lugar la procesión -con la sardina como protagonista- por las calles del barrio Vista Alegre (G3) donde se encuentra ubicado el complejo Puentesaúco.

Acompañaron el desfile -que abrió el obispo y su corte de clérigos y monjas- compañeros de otros centros, amigos y vecinos del barrio.

Hora y media después, la sardina empezó a echar humo en una zona ajardinada del centro. Medía metro y medio de largo por un metro de ancho, obra de Marcos González.

El entierro de la sardina, junto con la hoguera en la noche de San Juan, son dos de las acciones más consagradas de cuantas organiza a lo largo del año el área de Vivienda de Aspanias.