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Pueblos abandonados: aprendiendo fuera de de las aulas

Alumnos y profesores del centro de Educación Y Formación Puentesaúco acaban de regresar de la localidad cacereña de Granadilla donde han participado en el programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados, que promueve el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Durante su estancia de siete días, los 26 alumnos y alumnas desplazados (a los que han acompañado tres profesores) han realizado una gran variedad de talleres y trabajos de construcción y albañilería (consolidación de muros, desescombro y limpieza); mantenimiento y conservación (arreglo de desperfectos); agricultura y ganadería (recogida de productos hortícolas, cuidado y alimentación de animales); jardinería (plantación, cuidado y mantenimiento de jardines); artesanía (panadería, reciclaje, alfarería, telar, mimbre).

Estas actividades las han practicado en compañía de estudiantes procedentes de otros centros de España, como fueron el IES Diego Marín Aguilera (Burgos) y el IES Puente Ajuda", de Olivenza (Badajoz).

La experiencia ha sido “muy positiva por la integración con los alumnos de los institutos que nos acompañaron y la realización de actividades diferentes a las habituales en contacto el campo, los animales, los productos hortícolas, las plantas…”, enumera Juanjo Rodríguez, director del centro. Una buena experiencia a la que hay que sumar “la profesionalidad” de los profesores anfitriones y la “buena disposición” del alumnado de Puentesaúco a participar en “muchas actividades y talleres”.

Granadilla ha sido una singular experiencia educativa que estrenaron en el año 2005, cuando por primera vez el centro y sus alumnos solicitaron participar en este programa ministerial. A Granadilla le han seguido más experiencias formativas en otros pueblos abandonados como Bubal (Huesca), en el año 2009 y Umbralejo (Guadalajara), en el año 2012.

El Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados es un programa educativo que pretende un acercamiento a la vida rural de los jóvenes que, en su mayoría, viven en un mundo urbano, brindándoles la posibilidad de comprender la necesidad de un cambio de actitudes para asegurar el equilibrio futuro del hombre con su entorno. Se contempla el trabajo en distintos ámbitos: medioambiental, salud, respeto y convivencia, recuperación cultural y física (web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).