Elena, Julio y Rafael han alcanzado ya su jubilación. Fueron los primeros trabajadores que tuvo el centro especial de empleo de Aspanias (que ahora administra la Fundación CISA), junto a un puñado de compañeros más.

Se jubilaron el pasado año (entre agosto y diciembre) después de 31 años de vida laboral. Ellos son los operarios más veteranos; los que han visto las transformaciones que ha ido registrando el centro especial de empleo, y quienes han ido acumulando experiencia y conocimientos de sus distintas líneas de negocio (manipulados de la industria, servicios, lavandería...), porque han trabajado en casi todas ellas.

Ahora toca hacer otras cosas como "no madrugar", "dedicarse a sus aficiones" o "acudir al bulevar". El bulevar es el nombre del espacio físico, del nuevo centro de actividades de Aspanias pensado específicamente para las personas que se jubilan. Un lugar donde activar el tiempo libre del que disponen tras su jubilación, compartir aficiones y aprender cosas nuevas al amparo del Proyecto Puentes. El nombre le viene por estar situado en el Bulevar del Ferrocarril de Burgos.

Pero Elena Molina, Julio del Olmo y Rafael Arroyo no son los únicos que están disfrutando ya de su jubilación. Como ellos, otros siete compañeros más viven ya (desde hace unos meses) sin tener que preocuparse de responsabilidades laborales. Son José Luis Llantero, Emilio de la Parte, Guadalupe Pinedo, Eusebio Gordo, Luis Gordo, Roberto Briongos y José Luis Sánchez.

En total, 10 trabajadores y trabajadoras que iniciaron su andadura laboral en el centro especial de empleo de Aspanias en distintos tiempos (entre 1985 y el año 2000), que han trabajado en varias de sus líneas de negocio, y donde han desarrollado su vida laboral por un periodo que varía de los 16 a los 31 años. Todos rondan un poco más de 60 años.

Con todos ellos, la empresa quiso tener un gesto de atención y reconocimiento el pasado lunes 6 de marzo; una ocasión que brindó la oportunidad de reunirlos a todos y saber cómo llevan la vida de jubilados. Algunos de los presentes se animaron a hablar de ello.

Jose Luis Llantero ha trabajado 20 años en el centro especial de empleo. Ahora, jubilado, la vida le ha "cambiado para bien". Está en una peña. Le gusta el fútbol y es seguidor del Mirandés. Se ha apuntado al Proyecto Puentes, porque "le gusta" y sigue vinculado a las actividades de ocio de Aspanias.

Eusebio Gordo ha trabajado 16 años en el centro especial de empleo. Está "contento" con su nueva vida y se siente "mejor que antes". Pero su vida laboral no se circunscribe solo a Aspanias. Antes había trabajado en distintos oficios como el de albañil.

Luis Gordo se jubiló justo el día de su cumpleaños, el 14 de noviembre de 2016, a los 65 años, después de 19 años trabajando en las distintas áreas de negocio del centro especial de empleo (bobinas, mantenimiento, manipulados de la industria), ahora que está jubilado "quiere una vida tranquila".

Rafael Arroyo es uno de los trabajadores más veteranos del centro laboral de Aspanias. Entró hace 31 años, trabajando en bobinas, y confiesa que aunque esté jubilado sigue "madrugando". Le gusta "pasear".

Roberto Briongos. Su vida laboral en el centro especial de empleo de Aspanias suma 28 años. Buena parte de su tiempo lo dedica a ir al centro del bulevar. Pasa parte de su tiempo en el campo, en su pueblo (Pinilla Transmonte).

José Luis Sánchez ha decidido jubilarse tras 29 años trabajando. "Se siente bien" aunque dice que "va a echar en falta el trabajo". José Luis se ha jubilado hace unos días, el pasado 6 de marzo. Ahora tendrá tiempo para "apuntarse a una peña" y "aprender fotografía".

Julio del Olmo se jubiló en mayo de 2016, tras 31 años trabajando. Le gustan los placeres sencillos como "pasear, dormir y comer".

Elena Molina ha estado trabajando 31 años en Aspanias. Es la primera mujer que entró a trabajar en el centro especial de empleo; fue en diciembre de 1985. Lo que más le gusta de estar jubilada es "levantarse tarde" y "no tener prisa para irse a la cama". Tiene varias aficiones y una vida muy activa.